La verdad es que cuando entré en esta cueva, me transporté a las películas de piratas con tesoros escondidos. Tanto la cueva como la peña horadada, hacen de este rincón un lugar mágico. Es una de las numerosas joyas paisajísticas de la costa asturiana, en este caso cerca de Cadavedo. El acceso hay que realizarlo con marea baja. Como yo quería ir de amanecida, la marea no estaba del todo baja y subía, por lo que tuve poco tiempo para hacer las fotos y salir, antes de que el agua me cortara la retirada. De hecho, el último tramo hasta la playa tuve que hacerlo con el agua hasta las rodillas, pero creo que mereció la pena.
El comentario se revisará antes de publicarlo.