El jaramago o mostaza amarilla (Diplotaxis virgata) es una planta muy común que podemos encontrar en casi cualquier parte. Está presente en terrenos baldíos, lindes de cultivos, cunetas, grietas de edificios, e incluso en tejados. Es una planta anual de la familia de las crucíferas (Brassicaceae). Para los menos iniciados en botánica os comento que el nombre de esta familia de plantas se debe a que sus flores tienen 4 pétalos en forma de cruz.
No se conocen aprovechamientos tradicionales del jaramago, salvo como forraje del ganado. Eso no quiere decir que no tenga sus utilidades. Algunos estudios de flavonoides contenidos en esta planta revelan sus propiedades antibacterianas y antioxidantes.
Pero no nos quedemos en lo material y elevémonos a lo espiritual. El jaramago es una planta que por sí sola no llama mucho la atención, pero en grupo…. la cosa cambia. A principios de primavera la explosión florística del jaramago puede pintar de amarillo amplias extensiones de nuestros campos. Se trata de una planta que es capaz de hacer paisaje y ya sólo por eso merece estar en una posición destacada de nuestra lista de "malas hierbas". ¿No os parece?